Jugar en las dos pistas principales del Open de Estados Unidos, la Arthur Ashe y la Louis Armstrong, tiene algunos privilegios para los primeros cabezas de serie. Además de chupar un par de horas de televisión, la organización pregunta a los tenistas sus preferencias musicales en el momento de entrar en la arena. Roger Federer, por ejemplo, ha pasado dos rondas realizando el calentamiento con la banda sonora de la Guerra de las Galaxias, concretamente el 'Imperio Contraataca'. Ana Ivanovic, antes de ser eliminada en su debut, pidió a Rihanna y su famoso 'Dont Stop the Music'. Rafael Nadal ganó al francés Richard Gasquet al ritmo de Bon Jovi. El responsable de sonido del torneo, Michael Fiur, reconoce que el grupo más demandado en los vestuarios del circuito es 'Black Eyed Peas'.
En Nueva York el espectáculo va a la par con el juego y el resultado final. "No tiene nada que ver jugar en Wimbledon que hacerlo aquí", coinciden los jugadores, acostumbrados a pegar la pelota entre gritos de vendedores de perritos calientes y hamburguesas. El US Open es el único evento que permite que los aficionados se queden con las pelotas si éstas van fuera de la grada, al más puro estilo de la Liga profesional de béisbol.
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