
ROGER FEDERER, EL AMOR PROHIBIDO DE PARIS
«Allez Roger, allez...», chillaba encendida la grada del Philippe Chatrier. Eran gritos en el Nadal-Daniel a favor de... ninguno de los dos, sino de Roger Federer. El mítico locutor de Eurosport, Manuel Poyán, que es patriota hasta límites exacerbados, rugía de indignación: «Cada uno puede animar a quien quiera, pero no se entiende a qué viene animar a uno que no está jugando», narraba el entrañable Manolo con ira mal contenida. Algo, o bastante, de razón tenía. Aquí todos quieren a Federer, que es su tenista predilecto, mientras que a Nadal le siguen negando el pan y la sal. Ayer, ante Marcos Daniel, cada tanto del brasileño era festejado con un clamor indescriptible mientras que Rafa tenía que hacer un puntazo para levantar los tímidos aplausos de los aficionados.
El grado de favoritismo de París hacia Federer ya se vislumbró en el vídeo promocional del torneo, donde el suizo tenía muchos más minutos y presencia que el español, olvidando quién es el número uno y quién el dos.

Por otro lado, ayer se produjo un hecho que suponía más ladrillos en el muro parisino ante Rafa. Federer, pensando que hoy iba a llover, pidió jugar ayer, cuando le correspondía hacerlo al día siguiente. La organización se plegó y accedió a que jugara, en la pista principal y a continuación de Rafa, un hecho sin precedentes en este torneo. Lo normal, y siempre ha sido así o al menos cuando Nadal era el número dos y el helvético el uno, es que alternaran pistas, generalmente la uno para Roger y la dos para el español. Ayer no fue así, mientras que el suizo despejaba balones fuera: «En realidad pedí jugar el domingo. ¿Qué más da? Al final hay que ganar siete partidos y lo demás es lo mismo. Me da igual jugar un día que otro». Ya, a otro perro, menos viejo, con ese hueso.
De cualquier forma, no es algo nuevo. De siempre ha habido aquí recelos respecto al español. Él siempre ha querido quitar importancia al hecho argumentando que el público siempre se pone de parte del más débil. Lo cierto es que todos quieren a Federer, probablemente porque están hartos de que siempre gane el mismo y de que no lo haga Roger para quien París parece un amor prohibido. Al menos por ahora...
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